COMPLEJO RESPIRATORIO BOVINO: EL RETO SANITARIO EN LA RECRÍA

COMPLEJO RESPIRATORIO BOVINO: EL RETO SANITARIO EN LA RECRÍA

Autora: Margarita Barreto Jiménez (Veterinaria, Servicio Técnico Rumiantes HIPRA/España)

El complejo respiratorio bovino (CRB) es una de las patologías con mayor repercusión económica en las explotaciones bovinas, de especial importancia y gravedad en animales jóvenes.

Las pérdidas se deben no sólo a costes directos derivados de la prevención, tratamientos, mano de obra, asistencia veterinaria, animales crónicos y mortalidad, sino también a costes indirectos por disminución de productividad con consecuencias más a largo plazo como son retraso de la edad a primer servicio y al primer parto, disminución de la producción lechera en primera lactación o aumento de la tasa de reposición por descartes tempranos.

ENFERMEDAD MULTIFACTORIAL

El CRB se define como un “complejo” al ser causado por diferentes agentes patógenos y factores predisponentes, del animal y del ambiente. De ahí la complejidad en su control.

Los animales jóvenes son especialmente susceptibles al tener un pulmón inmaduro y un sistema inmune aún por desarrollar. Esto, unido a factores de estrés como el destete, la manipulación de animales o el agrupamiento suponen un punto crítico en el desencadenamiento de la enfermedad.

Los patógenos responsables del CRB están presentes en la mayoría de las explotaciones, y es bajo condiciones de estrés cuando van a dar lugar a patología. Normalmente los virus (BRSV, IBR, BVD y Pi-3) van a ser la vía de entrada de la enfermedad, favoreciendo la invasión de las bacterias al pulmón produciendo lesiones y mortalidad.

PREVENCIÓN

La transferencia de inmunidad materna reduce el riesgo de padecer CRB, por lo que el primer punto clave en la prevención sería asegurar la ingesta temprana de calostro de calidad. Además, se ha demostrado un aumento de inmunidad específica en terneros cuyas madres fueron vacunadas frente al CRB.

El protocolo de vacunación debe estar adaptado a cada granja y a los patógenos existentes, aunque los causantes del CRB son ubicuos por lo que lo más sensato es realizar protocolos vacunales completos.

Lo más habitual es usar vacunas multivalentes víricas vía parenteral. En animales jóvenes además la vía intranasal es más que interesante por dos motivos principales: evitar los fallos vacunales por interferencia con anticuerpos maternales, que además no son completamente protectores al no estar presentes localmente, y para favorecer el aumento de la inmunidad específica a nivel local (IgA).

El ambiente y el manejo tienen gran influencia en el desencadenamiento del CRB. La calidad del encamado, evitar la sobrepoblación, garantizar una buena ventilación, la correcta hidratación y nutrición de los animales, son aspectos básicos que aumentan la resistencia de los terneros a la enfermedad.

DIAGNÓSTICO

Una de las dificultades del CRB es que cuando el animal muestra los primeros síntomas evidentes ya hay lesiones pulmonares avanzadas, es decir, llegamos tarde y esto reduce enormemente el éxito del tratamiento.

El diagnóstico precoz a través de la evaluación diaria de los animales es fundamental, comprobar que tengan un comportamiento normal, sin signos de depresión, y observar el aspecto del pelo y condición corporal, descarga nasal, ocular, orejas caídas o tos.

La serología dará una idea de los patógenos a los que han estado expuestos los animales. Ante un brote respiratorio se pueden tomar fácilmente muestras de hisopos nasales para diagnóstico mediante PCR. El diagnóstico postmortem de las bajas en la granja es económico, rápido y permite tomar muestras y realizar un diagnóstico presuntivo mediante las lesiones presentes.

CONCLUSIÓN

Debido a las graves repercusiones a nivel sanitario y económico del CRB, debemos poner el foco en la prevención, con el uso de vacunas que protejan frente a los distintos patógenos, mejorar el manejo para reducir el estrés de los animales, e implementar protocolos de diagnóstico precoz y específico para detectar la enfermedad lo antes posible.

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